ÁTICO EN SEVERO OCHOA
“Alicia en el ático de las maravillas”
La vivienda, un ático situado en una séptima planta con vistas que alcanzan la vega de Granada, es un arquetipo de piso en un bloque de los años 70. La propietaria, Alicia, al igual que en el relato de “Alicia en el país de las maravillas”, inicia un viaje inusual a través de este Espacio de las Maravillas en el que se sucederán diversos escenarios y estancias en apariencia parecidos al “mundo real” en el que se mueve Alicia pero que encierran una gran complejidad espacial. Se distinguen dos áreas diferenciadas en la vivienda. Una formada por cocina y baños que se vuelca hacia el patio interior y el resto de la vivienda, dormitorios y sala de estar que se abren al exterior. El esquema tan conocido en los años 70 de pasillo-habitación con el que se encuentra da paso a un espacio vivo y mutable. Las particiones de la vivienda se reducen al mínimo pero se multiplican las combinaciones de uso y circulación, gracias a la aparición de nuevos huecos de paso que convierten la vivienda en un espacio continuo. Al contrario que en el relato de Lewis Carroll, es el espacio en el que se desenvuelve el que se adapta a la protagonista, transformándose continuamente y caracterizándose por lo inesperado y lo cambiante. La configuración de la estructura aparece como una cuadrícula sobre la que articular la historia. La fuerte presencia de las vigas descolgadas se resalta y a su vez se convierte en retícula para componer los espacios. Espacios continuos y abiertos a todo tipo de posibilidades y recorridos. Un decorado de huecos y aperturas que multiplica las circulaciones y las miradas. La luz y la claridad espacial son las dos señas de identidad de esta reforma. Dentro de este espacio contínuo, aparece como un elemento autónomo el espacio de biblioteca. Como si de un personaje aparte se tratara, interactúa con el resto de las estancias pero a su vez se recoge hacía si mismo buscando la introspección. Durante el inicio de la obra, van apareciendo objetos imprevistos a los que se les dota de un nuevo significado. Un antiguo armazón de madera en forma de panal de abeja, que anteriormente hacía de soporte para las luces del techo, cambia de plano y se convierte en un elemento de separación vertical que independiza el vestíbulo pero permite la entrada de la luz y que se convierte en carta de presentación para el futuro despacho de psicología.